Mostramos en Historia de Burguillos el capítulo XXXV del libro "El señorío de Burguillos (Sevilla); una aproximación a su historia", de Francisco Rodríguez Hernández, editado por el Ayuntamiento de Burguillos y la colaboración de la Diputación de Sevilla en 1999, y que trata sobre La milicia de Burguillos, ocupando las páginas 159 y 160 de dicha monografía y que pasamos a transcribir íntegramente:
Pág. 159 del libro "El señorío de Burguillos (Sevilla); una aproximación a su historia". |
La milicia de Burguillos
Durante el reinado de los Austrias, los actos de piraterías que se abatían sobre nuestras ciudades costeras, fueron, desgraciadamente, y en muchos casos, una sangrante realidad. Recuérdese por ejemplo, la acción inglesa de 1589 sobre La Coruña, aunque en este caso resultó fallida, ante la tenaz y valiente resistencia ofrecida por los españoles, entre los cuales destacó la intrépida María Pita, provocando la retirada de los atacantes, tras ocasionarles importantes bajas.
También el intento de invasión de Portugal, so pretexto de ayudar al pretendiente don Antonio, que Drake y sus compinches pretendieron imponer, con resultado igualmente adverso para ellos.
Y la posterior acción llevada a cabo contra Vigo, que sufrió saqueo y el incendio de sus barcos, surtos en la rada.
Pero nada es comparable al terrible saqueo de Cádiz, llevado a cabo por los ingleses, en julio de 1596, con el incendio de la ciudad, de la que quedaron en pie sólo 290 casas, de las 1.203 con que contaba por esas fechas. El sufrido pueblo soportó esta estremecedora presencia durante 15 días, después de los cuales, se marcharon con un botín cuantioso en joyas, cuadros, oro, plata, etc., más importantes rehenes, por los que luego exigieron elevadas sumas en concepto de rescates. La proverbial desorganización española, hacía posible estos desmanes.
Pero en las fronteras interiores, no nos iba mejor las cosas, pues a las diferencias con Francia, había que agregar las de Portugal, quién además de no aceptar en ningún momento, su unión con la corona de España, se hallaba siempre en una situación de franca resistencia, y no desperdiciaba ocasión de crear continuos problemas, que en parte tenían su origen en el incumplimiento por nuestra parte, de muchas de las promesas hechas por Felipe II, en 1581, generando con ello una situación de rechazo y odio, hacia todo lo español, aunque sin estos pretextos también era visible su falta de favorable disposición. A todo lo cual, el Conde Duque de Olivares, y su vacua y equivocada política, contribuía a incrementar. Todo ello terminó con el motín de Évora, en 1637, cuya violencia fue dominada por el rey.
Por lo expuesto, las autoridades españolas consideraron de ineludible necesidad, establecer en lugares importantes de nuestras fronteras, una presencia lo mejor organizada posible, de hombres en disposición de lucha, para el caso de necesitarse su participación.
Estas milicias la constituían, nobles arruinados y venidos a menos, voluntarios, y en casos especiales se recurría a penados procedentes de los presidios, que iban principalmente, destinados a
Pág. 160 del libro "El señorío de Burguillos (Sevilla); una aproximación a su historia". |
galeras, de donde era más difícil escaparse. También se empleaba el procedimiento de las levas, que afectaba a los hombres en edades comprendidas entre los 15 y 60 años.
Había también establecidos los llamados Caballeros quantiosos, que estaban en la obligación de tener caballo y armas, para acudir de inmediato, en momentos de necesidad o peligro de actos de piraterías.
Vamos a ver de que manera afectaba, todo lo que vengo refiriendo, a la Villa de Burguillos.
Tengo a la vista, una escritura que autoriza el escribano público don Gregorio Muñoz, a la que he modernizado la ortografía y es como sigue:
En la Villa de Burguillos, en jueves primero de junio, de este año de mil seiscientos treinta y cuatro, el sargento mayor, Juan Merino Pacheco, que lo es del partido de Alcalá del Río, en que se incluye esta Villa, vino a ella con comisión del señor Asistente de la ciudad de Sevilla, a hacer lista y memoria de todas las personas, vecinos, estantes y habitantes que hay en esta Villa, capaces para tomar armas, y qué armas hay, aderezos y pertrechos de guerra; su fecha en Sevilla, en veinticuatro de mayo pasado de este año. Y para poner en ejecución lo contenido en su comisión, el dicho sargento mayor, juntó en la plaza pública de esta Villa, a Bartolomé Márquez de la Barrera, alcalde mayor, Benito Gómez, alguacil mayor, Gregorio Muñoz, el viejo, regidor y sargento de la milicia de esta dicha Villa, y Francisco Pérez, soldado; todos oficiales y soldados de la milicia de esta dicha Villa; y estando juntos hicieron la dicha memoria y lista en la manera siguiente: (hay una larga relación de nombres, que no hace falta incluir. También se refiere a las calle Real y Borbollón) y sigue:
Por manera que suma y monta, todas las personas alistadas en esta memoria, que declararon ser capaces, para tomar armas, setenta y siete: veinticuatro los de la milicia, y los demás, vecinos, estantes y ausentes, y asimismo declararon, que todos los soldados de la milicia, están prevenidos con sus armas, con que hacen alarde en sus ocasiones, y los demás vecinos, lo más de ellos han de estar prevenidos de escopetas, piezas, arcabuces, espadas y dagas, porque habrá ocho años, poco más o menos, que siendo asistente el señor don Fernando Fariña, fijó que todos los vecinos de esta Villa comprasen, como compraron, las dichas armas, y como en esta Villa, no hay casas de posada de armas, ni munición, ni dichos pertrechos de guerra, y de esta Villa a la de Alcalá del Río, hacia Sevilla, hay una legua, y a la ciudad de Sanlúcar, que es el puerto más cercano de la mar, hay dieciocho leguas; y en esta conformidad acabó de hacer la dicha diligencia, en este dicho día, primero de junio de este año de mil seiscientos treinta y cuatro, y los que supieron firmaron en el Registro.- Firman: Benito Gómez, Bartolomé Márquez y Gregorio Muñoz, escribano público.- (Arch. de Protocolos.- Sevilla, legajo 3249 PB).
Dado el contenido de esta escritura, se deduce fácilmente que más de un vecino de la Villa, participaría activamente en algunas de las frecuentes escaramuzas bélicas, que por aquellos tiempos, asolaban a España, unas veces por instigación externa, y otras provocadas por ella misma, que de todo hubo en la viña del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario