Mostramos en Historia de Burguillos el capítulo XXVI del libro "El señorío de Burguillos (Sevilla); una aproximación a su historia", de Francisco Rodríguez Hernández, editado por el Ayuntamiento de Burguillos y la colaboración de la Diputación de Sevilla en 1999, y que trata sobre Las Lapillas, ocupando las páginas 121 a 122 de dicha monografía y que pasamos a transcribir íntegramente:
Pág. 121 de "El señorío de Burguillos (Sevilla); una aproximación a su historia". |
Las Lapillas
Antes me he referido a la Dehesa del Coto, que fue en principio propiedad realenga, en su extensión completa, y a continuación adquirida en su tercera parte, por el entonces titular del señorío jurisdiccional de la Villa de Burguillos, para terminar finalmente siendo propiedad de sucesivos señores pertenecientes a las más diversas capas de la sociedad de cada época.
En esta ocasión, voy a referirme a una escritura que encontré en el archivo de protocolos de Sevilla, en muy mal estado de conservación, por la acción de la humedad y de la polilla, que han destruido la fecha, aunque muy bien puede deducirse, porque se halla en un legajo con documentación del último tercio del siglo XVIII.
En ella se hace la descripción de un cortijo, en el término de Burguillos, llamado Las Lapillas, propiedad del Estado y administrada por un miembro de la famila Bernardo de Quirós, Marqués de Monreal, y señor de la Villa de Burguillos.
Lo forman 17 hazas, con un total de 508 aranzadas de tierra. De una de las hazas, no ha sido posible su lectura por destrucción del papel. El nombre de las 16 restantes y su extensión, lo doy a continuación:
- La Pasada de la Villa 60 aranzada - El Cuadro 7
- Las Lapillas 30 - La de Ruiz Pérez 30
- La Carrasca de la Coscoja 60 - Asepillán 14
- La Carrasquilla 30 - El Ejido 28
- La Lagunilla 8 - El Cercado de las Moreras 8
- La Cantivilla 36 - Los Caices 20
- La Higuera 11 pies - Las Eneas 30
- La Salvega 41 aranzada - Las Cuarenta 40
Creo que no está demás, por lo mucho que representa, repetir aquí, que en la última haza anotada, llamada Los Cuarenta, fueron enterrados, aunque se desconoce el lugar exacto, los restos de Antonio Galván Palomo, el joven de Burguillos, que con toda gallardía y arrojo, encontró la muerte al oponerse, en unión de un corto número de patriotas, como él, al avance de unos 400 soldados
En esta ocasión, voy a referirme a una escritura que encontré en el archivo de protocolos de Sevilla, en muy mal estado de conservación, por la acción de la humedad y de la polilla, que han destruido la fecha, aunque muy bien puede deducirse, porque se halla en un legajo con documentación del último tercio del siglo XVIII.
En ella se hace la descripción de un cortijo, en el término de Burguillos, llamado Las Lapillas, propiedad del Estado y administrada por un miembro de la famila Bernardo de Quirós, Marqués de Monreal, y señor de la Villa de Burguillos.
Lo forman 17 hazas, con un total de 508 aranzadas de tierra. De una de las hazas, no ha sido posible su lectura por destrucción del papel. El nombre de las 16 restantes y su extensión, lo doy a continuación:
- La Pasada de la Villa 60 aranzada - El Cuadro 7
- Las Lapillas 30 - La de Ruiz Pérez 30
- La Carrasca de la Coscoja 60 - Asepillán 14
- La Carrasquilla 30 - El Ejido 28
- La Lagunilla 8 - El Cercado de las Moreras 8
- La Cantivilla 36 - Los Caices 20
- La Higuera 11 pies - Las Eneas 30
- La Salvega 41 aranzada - Las Cuarenta 40
Creo que no está demás, por lo mucho que representa, repetir aquí, que en la última haza anotada, llamada Los Cuarenta, fueron enterrados, aunque se desconoce el lugar exacto, los restos de Antonio Galván Palomo, el joven de Burguillos, que con toda gallardía y arrojo, encontró la muerte al oponerse, en unión de un corto número de patriotas, como él, al avance de unos 400 soldados
Pág. 122 de "El señorío de Burguillos (Sevilla); una aproximación a su historia". |
franceses, que avanzaban hacia Burguillos, con orden de saquearlo, durante la guerra de la Independencia, según la información que se incluye en el capítulo dedicado al Archivo Parroquial.
Este acontecimiento, del cual el pueblo no tenía conocimiento, ahora que lo tiene, debería ser un estímulo para considerar, por parte de las autoridades y de los ciudadanos en general la oportunidad de perpetuar, cuando sea posible, el nombre de este patriota, en una calle o plaza de la Villa de Burguillos. Sería una forma hermosa de honrar su memoria.
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