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Historia, Patrimonio, Arte, Bibliografía, Hemeroteca, ... sobre nuestro pueblo: BURGUILLOS

lunes, 30 de enero de 2023

Hemeroteca: Poema de Felipe Pérez y González a las trillizas de Burguillos, en el periódico "El Liberal", del 8 de octubre de 1897.

     Mostramos en Historia de Burguillos el poema aparecido en el periódico "El Liberal", editado en Madrid, el día 8 de octubre de de 1897, dedicado al nacimiento en nuestro pueblo de trillizas, hecho extraordinario ahora y entonces.
     "El Liberal"; Este diario matutino comienza a publicarse el sábado 31 de mayo de 1879 y dejará de hacerlo el 28 de marzo de 1939, al ser incautado por el “nuevo” Estado dictatorial del general Franco. Durante sus sesenta años de vida tuvo una orientación liberal republicana moderada y en la segunda década del siglo veinte alcanzó una de las mayores tiradas de la prensa española, siendo el prototipo de los grandes periódicos populares y el más leído entre las capas obreras, “por su lenguaje claro y contundente, su preocupación por los problemas de los trabajadores, sus informaciones rigurosas y exhaustivas y un cierto sensacionalismo”, tal como ha expresado María Dolores Sáiz.
     Nace de la disidencia encabezada en el seno de El imparcial (1867-1933) por quien Eduardo Gasset y Artime (1832-1884) había cesado anteriormente como su director y mano derecha, Mariano Araús Pérez (1836-1901), e Isidoro Fernández Flórez (1840-1902), ya conocido como Fernanflor, quien había proyectado y dirigido durante los últimos cinco años el suplemento Los lunes de El imparcial, a los que se unieron los antiguos socios de Gasset, Mariano Milego y el crítico taurino Eduardo de la Loma, además de otros redactores y trabajadores. El motivo del cisma fue la mudanza ideológica de El imparcial al aceptar al régimen monárquico alfonsino y la política personal de Gasset que chocó contra las convicciones de sus redactores.
     El liberal nació así como un diario absolutamente independiente con fuertes raíces democráticas, al amparo de la nueva ley de prensa del siete de enero de 1879 a través de la cual empieza a “levantar cabeza” la prensa republicana, a la vez que la poderosa izquierda dinástica fragua en el fusionismo y el liberalismo sagastino.
     Araús será su primer director y a su redacción se sumarán otros periodistas que habían abandonado el diario de Gasset el 19 de mayo de 1879, como Julio Vargas Machuca, Francisco de Asís Pacheco, José María Anchorena, José Fernández Bremón o Manuel María González, todos ellos de ideología republicana.
     Nace en pugna con El imparcial, con el que entablará una enconada rivalidad, y su pronto éxito será debido a un exquisito equilibrio entre información y opinión y al tono literario de sus editoriales, infrecuente en la prensa de la época, junto al carácter popular de algunas de sus informaciones, que rozarán cierto sensacionalismo, y que tendrán su mayor exponente con el crimen de la calle Fuencarral y el caso Mussó.
     Peñaflor, que será su mayor accionista fundador, intentará, ya el dos de junio de 1879, emular al suplemento de su adversario creando y dirigiendo Los lunes de El liberal, que al año siguiente se transformará en el suplemento Entre páginas, que aparecerá jueves y domingos, en donde ya empezará a sobresalir la pluma de Miguel Moya Ojanguren (1856-1920), quien asumirá la dirección del diario a partir de 1890.
     Será un periódico de gran formato, compuesto a cuatro columnas al principio y que después irá aumentando en número, insertando en su primera página los editoriales y artículos de fondo, y con secciones para las crónicas parlamentarias, las noticias de provincias, los telegramas del extranjero de la agencia Fabra, disposiciones oficiales, las crónicas locales, las cotizaciones de bolsa, la de espectáculos, cultos, libros y notas meteorológicas. Columnas como “A vuela pluma” y “Plato del día” tendrán la firma de Mariano de Cavia (1855-1920), que a la vez hará crítica taurina bajo el seudónimo de Sobaquillo a partir de su ingreso en la redacción en 1881. Será asimismo el periódico que introducirá y afianzará los anuncios por palabras, insertará necrológicas sin el símbolo de la cruz, adoptando el diario a la vez un anticlericalismo crítico, y prolongará el folletón típico francés. A partir del nueve de julio de 1889 aparecerá junto a su cabecera la leyenda de ser “el periódico de mayor circulación de España”.
     En 1901, El liberal lleva a cabo una etapa de expansión, creando una cadena de periódicos con el mismo título en Barcelona, Bilbao, Murcia y Sevilla y, en 1906, Moya junto al gerente del diario, Antonio Sacristán, como herederos de Fernanflor, crearán, la Sociedad Editorial de España, el gran Trust de la prensa empresarial española del periodo, al que quedan adscritos El imparcial y Heraldo de Madrid (1890-1939), junto a otras cabeceras, y de la que serán máximos accionistas, siendo Moya el presidente de su consejo de administración. A partir de 1907 su nuevo director será Alfredo Vicenti (1850-1916), uno de los mejores editorialistas de la época, que había ingresado en su redacción en 1896. A su muerte le sustituirá en la dirección Enrique Gómez Carrillo, redactor desde 1893 y redactor jefe desde 1907, y entre 1917-1923, Antonio Moya Gastón. Los diarios del Trust serán los de mayor circulación de la época, alcanzando una tirada conjunta de más de 435 mil ejemplares.
     El liberal seguirá siendo el representante de la gran prensa republicana moderada más a la izquierda y no partidario, de ideología democrática y socializante, tal como lo describe Maria Cruz Seoane. Aún así, llegará a ser portavoz del Partido Reformista de Melquíades Álvarez, hará oposición al ministerio de Antonio Maura y ofrecerá una opinión favorable al Partido Liberal, al principio en la persona de Segismundo Moret, después en la de José Canalejas y, por último en la del conde de Romanones (Álvaro Figueroa y Torres). Durante la primera guerra mundial se caracterizará por su francofilia, llegando a estar subvencionado por el Comité de Prensa francés, aunque al final de ella observará una “estricta neutralidad” que resultaría chocante.
     Según las estadísticas oficiales, durante la segunda década del siglo veinte alcanzará los 120.000 ejemplares diarios, una de las más altas tiradas de la prensa de la época, de los que prácticamente la mitad serán suscripciones, considerándose más un periódico de difusión madrileña, firme defensor de la libertad de expresión, que leen las capas populares de la pequeña burguesía y las clases trabajadoras, lo que origina una rivalidad de la prensa estrictamente obrera contra el.
     Un nutrido grupo de redactores protagonizarán un cisma más a la izquierda en el seno de su redacción, y el 13 de diciembre de 1919 fundarán La libertad, que será dirigida por Luis Oteyza y de la que Antonio de Lezama será su redactor jefe. Entre los que se pasan a la nueva redacción se encuentran también Luis de Zulueta, Pedro de Répide, Augusto Barcia, Manuel Machado, Alejandro Pérez Lugín, Ezequiel Endériz, Antonio Zozaya y el fotógrafo Alfonso.
     En 1923 El Liberal será vendido a los hermanos Manuel y Juan Busquets, empresarios catalanes y máximos acreedores del Trust, que crearán la Sociedad Editora Universal. Será nombrado director Eduardo Rosón, al que pronto le sustituirá Francisco Villanueva, hasta 1927, siendo incorporado como redactor jefe Rafael Morayta y, como confeccionador, Manuel Font. Intensificará su línea izquierdista adoptando una de las posiciones más radicales a la dictadura primoriverista, de la que sufre persecución.
     En el primer tercio del siglo veinte, uno de sus más distinguidos colaboradores fue Miguel de Unamuno, y entre otros fueron sus redactores o colaboradores, además de los ya citados y que fundaron La libertad, Luis Morón, corresponsal en la guerra cubana; Mariano Martín Fernández, que llegó a ser su redactor jefe en 1907; Luis Araquistáin y Ramón Pérez de Ayala, que fueron corresponsales en Londres durante la guerra mundial; Joaquín Dicenta y Adolfo Marsillach, corresponsales en Barcelona; Arturo Mori, Jaime Torrubiano, Rafael Torres Endrina, Leopoldo Bejarano, Artemio Precioso, José Venegas, Francisco Vera, Manuel Delgado Bareto, Antonio Rodríguez Lázaro, Carlos del Río y Julián Settier.
     El liberal pertenecerá al grupo destacado de la prensa española que contribuirá al advenimiento de la II República. Durante el primer bienio apoyará al gobierno de Manuel Azaña, y situándose en un republicanismo de izquierda moderado, seguirá siendo uno de los diarios más leídos, ahora con formato más reducido y un número de páginas que alcanza las dieciséis.
     Entre sus periodistas del periodo republicano se encuentran Emiliano M. Aguilera, José Manuel de Armiñán, Roberto Castrovido, Marcelino Domingo, Edmundo González Blanco, Gabriel Greiner, José Rocamora, Pedro Massa y F. Valera, como editorialista. Entre 1937 y 1938, su director fue Emilio Ayeusa y, en 1939, Manuel Rosón Ayuso. Tras entrar las tropas franquistas en Madrid y ser incautado, de sus talleres empezó a salir el diario Madrid. Los herederos de los Busquets iniciaron en la década de los cincuenta un proceso, que aún en 2011 continuaba, para que el Estado les indemnice por los bienes incautados de la Sociedad Editora Universal.
       Pues bien, en una de sus páginas de la edición del viernes 8 de octubre de 1897, a seis columnas, en la que se publican noticias diversas, aunque la que nos interesa fundamentalmente a los burguilleros, es la que bajo el titular REVISTAS CÓMICAS, y el subtitulo CHICAS AL POR MAYOR, a mitad de la cuarta columna, y zona superior de la quinta columna; y que pasamos a transcribir íntegramente:



REVISTAS CÓMICAS
CHICAS AL POR MAYOR
En Burguillos, pueblo
cercano á Sevilla, 
una mujer, hace
cuatro ó cinco días, 
sintiendo una noche
los terribles síntomas
de haber un aumento
pronto en la familia, 
dió á su amante esposo
la buena noticia,
y con ansia grande, 
natural, legítima, 
esperaron todos
á ver qué venía.
Es claro, la noche
fué mala, malísima,
porque la pasaron
todos en vigilia,
con rezos, angustias,
idas y venidas;
mas por la mañana
todo fue delicia,
plácemes, saludos,
contentos y risas, 
mientras el esposo
para sí decía:
- ¡Diantre! ¡Mala noche
y parir tres hijas!
Porque la señora
dió á luz tres chiquillas,
que están saludables
guapas y rollizas, 
y Dios, conservándolas, 
les dé larga vida.
El caso en el pueblo,
segun comunican
á varios periódicos, 
tanto regocija,
que ha sido el bautizo
fiesta solemnísima,
y hubo fuegos, músicas,
luminarias, vivas, 
repiques y bailes, 
bromas y alegría.
Un colega dice
que se necesitan
hembras como aquéllas
que "su ejemplo" sigan,
y den á la patria,
triste y dolorida,
numerosos súbditos
para que la sirvan.
Pero una señora
que tiene seis niñas,
y no haya seis novios
por más que "se aplica",
decía angustiada,
viendo la noticia:
- Si esas de Burguillos,
ahora que nos quitan
tantísimos hombres
las guerras malditas,
fueran tres muchachos,
las palabras dichas
por ese periódico
yo celebraría;
pero si á esa madre
las demás imitan
y merman los hombres
y aumentan las chicas,
las pobres mujeres
van a estar lucidas.
Felipe Pérez y González.

Conozcamos la biografía de Felipe Pérez y González, autor del poema;
     Felipe Pérez y González (Sevilla, 15 de mayo de 1854 - Madrid, 16 de marzo de 1910). Escritor, periodista, humorista y folclorista. Escribió el famosísimo libreto de la zarzuela “La Gran Vía”.
      Nació en Sevilla, en mayo de 1854, donde estudió Derecho. Con 15 años escribió “¡Doña Inés del alma mía!”; y a los 18, su primer libro de poemas, “El libro malo”. En 1884 se marchó a Madrid, donde vivió de su escritura, como periodista y autor. El estreno de la zarzuela de tono satírico “La Gran Vía”, con música de Federico Chueca y Joaquín Valverde, el 2 de julio de 1886 en el Teatro Felipe, duró cuatro horas debido a que los números tuvieron que repetirse tres y cuatro veces a petición del público. En 1893, fundó una revista semanal del mismo nombre. Como folclorista dejó una gran colección de cuentos populares. Murió en Madrid, el 16 de marzo de 1910 (España es cultura).  
     Desde los catorce años se dedicó al periodismo, a los quince escribió un juguete dramático cómico-político y a los dieciocho su primer libro de versos, El libro malo, una colección de ingeniosos epigramas. Sus primeros escritos aparecieron en los periódicos sevillanos La Mariposa y El Tío Clarín. Se licenció en Derecho con brillantez y trabajó como oficial del Archivo Municipal de Sevilla y como secretario de su Ayuntamiento, cargo del que dimitió para consagrarse en exclusiva a la literatura, el teatro y el periodismo en Madrid, hacia donde marchó a vivir en 1884.
     Colaboró en El Motín, en El Progreso y en muchos otros diarios y revistas. Siendo procesado por uno de sus artículos, se acordó de que era abogado y se defendió él mismo. Escribió algún famosísimo libreto de género chico, como el de La Gran Vía (véase Historia de la Gran Vía), una especie de revista satírica en un acto y cinco cuadros que pretendía criticar la reforma de la famosa calle madrileña con música de Federico Chueca y de Joaquín Valverde; se estrenó el 2 de julio de 1886 en el Teatro Felipe con un éxito sin precedentes en la escena madrileña. La función duró cuatro horas, la tiple Lucía Pastor y el tenor Joaquín Manini tuvieron que repetir hasta dos y tres veces cada número; el éxito fue similar en todo el mundo y le hizo rico.
     En 1892 entró en la redacción de El Liberal de Madrid. En 1893 fundó La Gran Vía, Revista Semanal Ilustrada. Su redacción servía de tertulia de dibujantes, escritores y humoristas como Ricardo Monasterio, Ramos Carrión, Tomás Luceño etcétera. Otras piezas dramáticas suyas son Con luz y a oscuras, Casi... Casi..., El oso y el centinela, Simón por horas, La villa del oso, Pasar la raya, Los vecinos del segundo, Los cortos de genio, Estoy que ardo, La manzana, El fruto prohibido, La jaula, Las oscuras golondrinas, Pelillo a la mar, París de Francia, Bonito soy yo, El barbián de la Persia, Recurso de casación, Las ligas verdes, El marquesito, Oro, plata, cobre y nada, Doña Inés del alma mía, El niño Jesús, Champagne, manzanilla y peleón etcétera. Póstumo apareció su libro Un año en sonetos, donde se percibe la gran facilidad versificatoria del autor y su gran vis cómica. Popularizó en El Liberal y en Blanco y Negro el pseudónimo Tello Téllez para firmar unas curiosísimas Efemérides.
     Otros libros del autor, pero no de género dramático, son El libro malo, 1872; Tajos y reveses; Fuegos artificiales (1897); Pompas de jabón, 1896; El nuevo sistema métrico; Teatralerías (1897); Chucherías y fruslerías históricas, Peccata minuta, Salud y pesetas, Filibusterías y yankees al hombro, 1898; Un cuadro de historia, el poema Levantar muertos etcétera.
     Poseedor de una gran cultura, escribió apuntes para una biografía de Luis Vélez de Guevara y editó en 1903 el Diablo Cojuelo de este autor. Como folklorista se le debe una gran colección de cuentos populares: ¿Quieres que te cuente un cuento? Pues allá van ciento (1897).
   Señalar que sobre este artículo ya se realizó la oportuna reseña en el boletín nº 16 de "Patrona de Burguillos" editado en 2010 por la Hermandad de la Virgen del Rosario, y en este mismo blog el 26 de diciembre de 2016 bajo el título Hemeroteca: Nacimiento de trillizas en Burguillos en La Vanguardia de 11 de octubre de 1897 y que desgraciadamente aún no hemos podido averiguar que fue de aquellas tres niñas, si llegaron a la edad adulta y quienes son sus descendientes o familiares. Esperemos que este artículo sirva para poder recabar más datos sobre ellas.

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