Mostramos en Historia de Burguillos, el fenómeno del Equinoccio de primavera que podemos contemplar en la Iglesia de San Cristóbal en el día de hoy en su máximo esplendor.
Los equinoccios (del latín aequinoctium (aequus nocte), "noche igual") son los momentos del año en los que el Sol está situado en el plano del ecuador celeste. Ese día y para un observador en el ecuador terrestre, el Sol alcanza el cenit (el punto más alto en el cielo con relación al observador, que se encuentra justo sobre su cabeza, vale decir, a 90°). El paralelo de declinación del Sol y el ecuador celeste entonces coinciden.
Ocurre dos veces por año: el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre de cada año. Como su nombre indica, en las fechas en que se producen los equinoccios, el día tiene una duración aproximadamente igual a la de la noche en todos los lugares de la Tierra. La duración no es exactamente igual debido al tamaño del sol (respecto a su punto central), y a la refracción atmosférica, que provocan que haya diferencias en la duración del día en diferentes latitudes. Los equinoccios se usan para fijar el inicio de la primavera y del otoño en cada hemisferio terrestre
Hoy es equinoccio de primavera, lunes 21 de marzo, debido a las diferencias de los recorridos de la tierra en el plano de la eclíptica alrededor del sol. Varia cada año. Centenares de edificios en Andalucía están condicionados por la dirección Este-Oeste que coincide con el orto y el ocaso del sol en este día, como numerosos edificios mudéjares.
Y la Iglesia de San Cristóbal es un edificio, aunque ahora todo lo que veamos sea del momento de transición barroco-neoclásico, con clara raigambre mudéjar como lo demuestra su orientación litúrgica, es decir que fue concebido y orientado por la luz y que es ejemplo de “este milagro” porque sus naves se alinean con la dirección Este-Oeste, aún con pequeñas desviaciones, y su cabecera o ábside (plano en este caso) se sitúa hacia Oriente, mientras los pies o la fachada se encuentran colocados hacia Occidente.
Por eso hoy, si el tiempo lo permite, podremos contemplar este espectáculo sorprendente, que se asemeja bastante al estado original, ya que permite la entrada de luz al amanecer por los óculos de la cabecera (que llegarían hasta la puerta principal), y al atardecer por la gran puerta de la fachada principal (que iluminarían el retablo mayor), o quizá al mediodía por los ventanales o puerta del Sol.
Así que no me queda más que animaros a que disfrutemos de este espectáculo que la naturaleza nos brinda en estos días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario