Mostramos en Historia de Burguillos una reseña sobre el Retablo cerámico de María Auxiliadora en la fachada de nuestra Iglesia de San Cristóbal, mártir.
En la fecha de hoy, 24 de mayo, la Iglesia conmemora una vez más, a la Santísima Virgen, bajo su advocación de María, Auxilio de los Cristianos, así que hoy es el mejor día para analizar el Retablo cerámico de María Auxiliadora que podemos contemplar en la fachada de nuestra iglesia parroquial..
El Retablo cerámico de Maria Auxiliadora, obra ejecutada para conmemorar la primera misa celebrada por D. Juan Carlos Pérez Godoy, primer y único sacerdote burguillero. Toda la información nos la ha facilitado Dª. María Godoy Rodríguez, madre de Juan Carlos, a través de la conversación que mantuvimos con ella para obtener datos de ese histórico día para toda su familia y para el pueblo de Burguillos pues no en vano se celebraba la primera misa de un sacerdote burguillero, en Pentecostés de 1987 (7 de junio).
María Godoy, junto a su hija Rosario, me cuenta que la idea del azulejo partió del entonces párroco de Burguillos, D. Francisco Navarro, ya que todo el pueblo colaboró en el regalo que se le hizo a Juan Carlos, consistente en una patena y cáliz de oro, por lo que su familia se encargó entre otras cosas de costear la realización del azulejo. Así la familia Pérez Godoy se pone manos a la obra y contactando con la fábrica trianera Santa Ana conocen a Antonio Martínez Adorna quien finalmente realizaría el azulejo (datos que también podemos obtener al observar detenidamente el retablo cerámico ya que éste se encuentra firmado y fechado en la parte inferior derecha), ya que la familia quería que se representara la imagen de María Auxiliadora que se venera en Utrera, localidad en la que Juan Carlos cursó sus estudios y donde comenzó su vocación salesiana, y el autor tenía una plantilla con dicha imagen por lo que el coste de la realización del retablo cerámico fue mucho más económica de lo normal.
También me comenta María que debido a que se hizo todo con muy poco tiempo, la cenefa que lo rodea en forma de sogueado tiene las esquinas de color blanco debido a que no hubo tiempo material para que se las hicieran de color azul añil como el resto de la cenefa, hecho que no deja de ser anecdótico. Por cierto que el retablo cerámico lo colocó Rafael Mañero, quien lo hizo desinteresadamente.
La obra en sí se compone de 30 piezas (5 a lo ancho y 6 a lo alto), centrada por la imagen de María Auxiliadora que se venera en Utrera con saya de color rosa muy claro y manto celeste (los colores clásicos de la imagen salesiana), portando a Jesús Niño en su brazo izquierdo, que viste igualmente túnica rosácea, con corona y diadema doradas y cetro en el brazo derecho, sobre un pedestal formado por nubes blancas y doradas y un par de ángeles que la anuncian sobre un fondo de rompimiento de gloria ya que parece emerger del cielo abriéndose las nubes a su paso, en una imagen clásica de la iconografía que San Juan Bosco vislumbrara en sus sueños. En la zona inferior, en su centro resalta una cartela sobre una cenefa de decoración vegetal, con la leyenda: "MARÍA AUXILIADORA DE LOS CRlSTIANOS, RUEGA POR NOSOTROS. 1ª MISA DE JUAN CARLOS PÉREZ GODOY. PENTECOSTÉS, 1987''.
Es, en definitiva, una obra conmemorativa de un hecho singular de la historia de nuestro pueblo.
Conozcamos mejor la Solemnidad de María Auxiliadora;
El primero que llamó a la Virgen María con el título de Auxiliadora fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla, en al año 345: "Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios". San Sabas en el año 532 nos transmite que en Oriente había una imagen de la Virgen que era llamada Auxiliadora de los Enfermos, porque junto a ella se obraban muchas curaciones. San Juan Damasceno, en el año 749, fue el primero en propagar la jaculatoria: "María Auxiliadora, ruega por nosotros". Y añade que la Virgen es "auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación". En Ucrania, Rusia, se celebra la fiesta de María Auxiliadora el uno de octubre desde el año 1030, pues en ese año libró a la ciudad de la invasión de una terrible tribu de bárbaros paganos. En 1558 ya figuraba en las letanías que se acostumbraban recitar en el santuario de Loreto, Italia, la invocación: "Auxilio de los cristianos, ruega, por nosotros", y en el año 1572, San Pío V ordenó oficialmente su adición en las letanías porque a su intercesión milagrosa se atribuyó la victoria cristiana en la batalla de Lepanto del domingo siete de octubre de 1571. En el año 1600 los católicos del sur de Alemania hicieron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de Auxiliadora si los libraba de la invasión de los protestantes y hacía que se terminara la terrible Guerra de los Treinta Años. La Madre de Dios les concedió ambos favores y pronto había ya más de setenta capillas con el título de María Auxiliadora de los cristianos. En 1683 los católicos al obtener la inmensa victoria en Viena contra los enemigos de la religión, fundaron la Asociación de María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de sesenta países.
Pío VII Chiaramonti, fue el segundo papa que daría una gran importancia a esta advocación mariana. En 1806 el Papa se negó a sumarse a la exigencia de Napoleón de bloquear a Inglaterra, lo que condujo a una invasión francesa de los Estados Pontificios y puso en prisión al anciano Papa de setenta y siete años de edad, primero en Savona, y luego en Fontainebleau, en 1809. En su cautiverio, situación ésta que le causó un gran sufrimiento y deterioró bastante su salud, el Papa prometió a la Virgen que si recuperaba su libertad y volvía a Roma, declararía ese día como solemne en honor de María Auxilio de los cristianos. Bien pronto la suerte de Napoleón cambió y Pío VII recuperó su libertad. Llegó a Roma el veinticuatro de mayo de 1814 y cumplió su promesa. De este acontecimiento, viene la tradición de la conmemoración de María Auxiliadora cada veinticuatro de mayo. En 1860 la Santísima Virgen se apareció a San Juan Bosco y le dijo que quería ser honrada con el título de Auxiliadora, y le señaló el sitio para que le construyera en Turín un templo. Tres años después, en 1863, Don Bosco comienza la construcción de la iglesia en Turín. Todo su capital era de cuarenta céntimos, y esa fue la primera paga que hizo al constructor. Cinco años más tarde, el nueve de junio de 1868, tuvo lugar la consagración del templo. Lo que sorprendió a Don Bosco primero y luego al mundo entero fue que María Auxiliadora se había construido su propia casa, para irradiar desde allí su patrocinio. Don Bosco llegó a decir: "No existe un ladrillo que no sea señal de alguna gracia". Desde aquel Santuario comenzó a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.
Hoy, salesianos y salesianas, fieles al espíritu de sus fundadores, y a través de las diversas obras que llevan entre manos siguen proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en la evangelización de los pueblos a María con el consolador título de Auxiliadora, y celebran extraordinariamente como solemnidad su memoria litúrgica. También es celebrada con el rango de solemnidad en Ciudadela, y como memoria libre por las diócesis de Córdoba, Jerez, Menorca y Sevilla, y por los barnabitas, mientras que los monfortianos como memoria obligatoria (Ramón de la Campa Carmona, Las Fiestas de la Virgen en el año litúrgico católico, Regina Mater Misericordiae. Estudios Históricos, Artísticos y Antropológicos de Advocaciones Marianas. Córdoba, 2016).
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