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lunes, 24 de diciembre de 2018

Bibliografía: Capítulo XXIV "La nave de la Epístola" del libro "El señorío de Burguillos (Sevilla); una aproximación a su historia" de Francisco Rodríguez Hernández, de 1999.

   Mostramos en Historia de Burguillos el capítulo XXIV del libro "El señorío de Burguillos (Sevilla); una aproximación a su historia", de Francisco Rodríguez Hernández, editado por el Ayuntamiento de Burguillos y la colaboración de la Diputación de Sevilla en 1999, y que trata sobre La nave de la Epístola, ocupando las páginas 109 a 115 de dicha monografía y que pasamos a transcribir íntegramente:
Pág. 109 de "El señorío de Burguillos (Sevilla); una aproximación a su historia"
La nave de la Epístola
          Cuenta final dada por don Francisco Javier Curado Caro. Presbíterio, Director de la obra de la Iglesia de la Villa de Burguillos, de los gastos hechos en ella.
          En la Villa de Utrera, a 24 de enero de 1780, don Francisco Javier Curado Caro, cura de las Iglesias Parroquiales de esta Villa, con asignación a la del Sor. Santiago, más antigua de ella, pareció ante mi el presente Notario Apostólico, y dijo que habiéndose puesto a su cuidado, la obra para la reedificación de la Iglesia Parroquial de la Villa de Burguillos, como Director de ella, nombrado por Su Señoría, el señor don Miguel Antonio Carrillo, Deán de la Santa Metropolitana y Patriarcal Iglesia de la ciudad de Sevilla, y Provisor y Vicario General en ella y su Arzobispado, sede vacante, en fuerza de este encargo, ha hecho la expresada obra, que se halla perfectamente acabada, por lo que pretende dar, razón y cuenta de los gastos hechos en ella, como también de las partidas de maravedís, que a este efecto se le han entregado, a cuyo propósito se hacen los supuestos siguientes:
          Primeramente se supone, que en el día 15 de junio del año pasado de 1776, el expresado señor don Miguel Antonio Carrillo, libró su comisión por ante don Diego de Castro, su Contador Mayor, y por ella concedió su licencia al mentado don Francisco Javier Curado Caro, para que con maestro de su satisfacción, hiciese la obra que dicha Iglesia necesitaba, con arreglo en un todo, a la visita del maestro mayor de obras de las fábricas de las Iglesias de este [...].
  
   Así empieza el extenso informe, dado ante notario, por el que fue cura párroco de Burguillos, a la terminación de la obra que se le encomendó, y que llevó a cabo con éxito, demostrando con ello poseer unas excelentes dotes de organización, y una capacidad de trabajo realmente admirable.
   Se dice de la diócesis que era sede vacante, por muerte el 22 de marzo de 1775, del cardenal arzobispo don Francisco de Solís Folch de Cardona, y antes de tomar posesión en 1776, el nuevo prelado don Francisco Javier Delgado y Venegas, procedente de la sede de Sigüenza.
   En la imposibilidad de recoger todo el contenido del citado informe, primero por su extensión, que es mucha, y segunda porque la mayoría de sus hojas son ilegibles, como se observa en la fotocopia de la primera, que es una de las más claras. A pesar de este inconveniente, he podido extraer, la suficiente información, que me ha permitido exponer una completa visión de conjunto. El informe -como se ve- fue redactado en Utrera, donde se hallaba nuestro personaje ejerciendo ya, -en enero de 1780- como "cura de las iglesias parroquiales de esta Villa, con asignación en la del Señor Santiago,
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más antigua de ella". Era sin duda un ascenso, como premio a su buena labor. Pero vamos a remontarnos a los antecedentes de nuestra historia.
   Desde hacía algún tiempo, venía gestándose en la mente de todos -eclesiásticos y pueblo- la idea de dotar a la iglesia del Sr. San Cristóbal, de mayores dimensiones, pues solo contaba con la nave central, y esta, a veces, no bastaba para contener la afluencia de fieles, que asistían en gran número a los oficios religiosos; eran unos tiempos en que estas prácticas estaban más arraigadas y extendidas.
   Acorde con esta inquietud, las autoridades de la diócesis, hicieron una primera toma de contacto, y para ello, fue enviado a Burguillos, el maestro mayor de obras de fábricas del arzobispado, Ambrosio de Figueroa, con el encargo de que hiciera sobre el terreno, un estudio minucioso referido a "el reconocimiento, aprecio y ejecución de la obra". Después de lo cual y con fecha 26 de septiembre de 1774, redactó un detallado informe, proponiendo la ampliación del templo, con la construcción de una nave lateral en el lado de la epístola. todo ello motivó la apertura de un expediente, que recoge la participación de una diversidad de intervenciones, a medida que tomaba cuerpo el proyecto que se pretendía realizar.
   Pero no todo era la construcción de una nave lateral, pues en el informe del maestro Figueroa, se recogen otros problemas de importancia, cuya solución elevarían los recursos económicos que habría que emplear, ya que aconsejaba "el derribo de la Capilla Mayor, por quanto se hallaba muy detteriorada y ruynosa".
   A la vista del cariz que tomaba la cosa, como consecuencia de las complicaciones que iban surgiendo, se consideró prudente, requerir otros criterios profesionales, y para ello, fue enviado el maestro José Álvarez, quién dijo en su informe, con respecto a la citada capilla mayor, que "solo un reparo menor, era lo que se podría ejecutar". Con estos datos a la vista y con la ayuda de la asesoría técnica adecuada, se reunieron el procurador mayor de iglesias, el ilustrísimo señor deán y cabildo, acordando solicitar al maestro mayor de obras, la presentación de planos y condiciones. También se tomó el acuerdo de nombrar al cura párroco don Francisco Javier Curado Caro, director de la obra y coordinador general, con capacidad para proceder a la elección de maestro, contratación de personal, compra de materiales, etc.
   Con fecha 15 de junio de 1776, el deán libró comisión ante don Diego de Castro, su contador mayor, y por ella se concedió licencia y nombramientos. Para atender los primeros gastos, se autorizan las primeras entregas de dinero, consistentes en una partida de 6.000 reales de vellón, el 8 de julio de 1776, y otra de 3.000 el 22 de agosto de dicho año. En fechas posteriores se libraron muchas partidas, que superaron con creces el importe presupuestado, debido a gastos extras ocasionados por problemas que iban surgiendo. Las obras ya habían comenzado y se desarrollaban a buen  ritmo,  bajo  la  dirección  técnica  del  maestro  Pedro  de  Solís;  no  obstante,  el  arzobispado 

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deseando disponer de una información permanente, envió al maestro José Altares, para que hiciera una inspección, y presentara un informe de la misma, el cual recoge el cura párroco en su informe; es como sigue:
          
          José Altares, maestro mayor de obras de las fábricas de este Arzobispado, hizo una declaración en el día 24 de agosto de 1776, por la que manifestó, que en cumplimiento del mandado por SS, los señores de la Diputación de Iglesias, del Ilmo. Sr. Deán y Cabildo, había pasado a la Villa de Burguillos, a efecto de ver y reconocer el estado de la obra que se estaba ejecutando en su única Iglesia Parroquial, y había hallado que la pared guardera del lado de la epístola, la había desnudado de todo su enlucido, mandado así ejecutar antedentemente, y se halló ser toda su fábrica solo de tierra, sin verdugado ni nada, y que por ser de cuatro pies su grueso, se había mantenido hasta entonces, pues ni cimientos tenía.
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          También había reconocido la armadura que cubría el cuerpo de la iglesia, que era de una nave; sus tirantes y estribos y muchas alfardas, estaban también deterioradas y con precisión de una gran reparación, a más de la que tenía otra anteriormente. Expresó asimismo, el orden y método de reparos, y tasó su importe en la cantidad de 33.250 reales de vellón, que juntos con los 11.750, que había regulado en su anterior visita, componían por mayor 45.000 reales, que se mandó gastar [...].

   Sigue en su relato don Francisco Javier:

          Supongo que por el Sr. Licenciado don Ignacio Zalduendo y Suquín, Provisor y Vicario General de este Arzobispado, se libró un despacho al mencionado don Francisco Javier Curado Caro, a los 7 de febrero del año pasado de 1777, por ante don Diego José de Arze, y por él se hizo presente, cómo en 28 de enero del mismo año, se había presentado petición por el Procurador Mayor de los SS. Deán y Cabildo de dicha Santa Iglesia, por la que había dicho en uso del traslado de la solicitud de la ampliación de dicha iglesia, que respecto a haberse hecho constar el aumento del vecindario y demás que resultaba, de los instrumentos que había presentado, consentía, en nombre de dichos señores, en la referida extensión, con arreglo su ejecución, a la visita del maestro mayor, que declaró en 10 de octubre del pasado 1776, e la que expresó, el dicho José Altares, que en cumplimiento de lo mandado por Sus Señorías los Sres. de la Diputación y Hacienda, del Ilmo. Sr. Deán y Cabildo, ha pasado a dicha Villa de Burguillos, a efecto y reconocer el mejor modo de dar a la iglesia, más extensión, atendiendo a la precisión por lo estrecha que era, a cuyo propósito manifestó el modo y circunstancias con que se habría que practicar, como también reguló el costo que había de tener, que ascendió a 30.608 reales, que juntos con los 45.000, regulados en las anteriores visitas, componían todo 75.608 reales de la misma moneda, en cuya visita se concedió licencia, por Su Señoría, dicho Sr. Provisor, par la extensión de dicha Iglesia, haciéndola con arreglo en un todo a la expresada visita.

   Pero no se acabaron las visitas de control e inspección de la obra, pues el cura don Francisco Javier, tan puntual en todo, nos informa en su declaración ante el notario apostólico, que el maestro mayor Ambrosio de Morales:

          También había reconocido los cimientos de la Capilla Mayor, y había visto lo que no había visto en su vida, y era estar fundamentada sobre la tierra sin cimientos algunos, y la causa por qué se había mantenido, por lo que necesitaba derribarla de inmediato y sacarla de cimientos, de la misma profundidad, punto y nivel, que tenían los nuevos que habían hecho de las dos naves, que contaban con su testero, y dio el modelo y la posición que se había de dar a dicha Capilla Mayor y las demás piezas proyectadas, cuyo coste reguló, en 44.000 reales de vellón, visto sobre el aprovechamiento que habría en los materiales y vestigios del derribo.

   En consecuencia, y a la vista de los informes expresados, el licenciado don Ignacio Zalduendo y Suquín, provisor y vicario general del arzobispado, libró despacho con fecha 20 de marzo de 1777, ante don Diego José de Arze, dando licencia al cura don Francisco Javier, para que se ejecutaran las obras  necesarias. A todo esto, el cura párroco no paraba en la compra de materiales, desplazándose a 
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donde hiciera falta, con tal de hacer sus compras al mejor precio, algunas de las cuales voy a anotarlas como curiosidad:
   - Al mercader de mercería Antonio de Flores Franco, con tienda en la calle Chicarreros de Sevilla, compró muchas varas de cañamazo, a 2 1/2 reales la vara, para hacer costales y conducir yeso de Sevilla a Burguillos.
   - En 29 de julio de 1776, compró a Diego Gregorio Vázquez, en su almacén de la Resolana de Sevilla, varios millares de ladrillos toscos de labor, marcos de altares, pilares de las gradas del Altar Mayor, etc.
   - En Triana compró a Juan Antonio de Sosa, 4.000 ladrillos raspados en 820 reales.
   - El 3 de agosto de 1777, compró a Diego de Cotilla y Julián Suárez, 18.000 ladrillos y otros materiales en 2.160 reales.
   - En la Villa de Cantillana, compró a Juan Díaz 30.000 ladrillos en 1.650 reales.
   - A Plácido Novoa, 3 millares de canal y redoblón, 60 maestras y 6 salones de barro (piezas de techumbre).
   - A Benito Correa, canal, a Alonso Puente, clavos, a Juan José Benítez, esportones terreros y a Andrés Valero, pieza de latón.
   - Al maestro herrero Lorenzo Gutiérrez, cuatro cinchas de hierro que se pusieron en dos columnas de las esquinas de la pared nueva. Asimismo, varios trabajos de herrería y una cerradura y una llave para una puerta.
   - Creo que basta con lo expuesto, aunque hay muchas más compras e intervenciones que demuestran sobradamente, la actividad y la eficacia desarrollada por este sacerdote.
   - Don Francisco Javier, rindió cuenta definitiva el 28 de marzo de 1780, dando como resultado un cargo de 152.759 reales de vellón, y data de 159.402 r/v. y 14 1/2 mrs., con un alcance a favor del director de 6.643 y 14 1/2 mrs.
   - Todo lo referido fue declarado por don Francisco Javier, ante el notario apostólico don Miguel Francisco González de Mora.
   
   He modernizado la ortografía, para facilitar su lectura.
   Incluyo dos fotocopias:
   1ª Portada del informe que dice así:
       Jesús María y José.- Cuenta dada por don Francisco Javier Curado Caro, Presbítero, de la obra hecha en la iglesia de la Villa de Burguillos, que firma el citado notario.
   2ª Primera hoja del informe.
Pág. 115 de "El señorío de Burguillos (Sevilla); una aproximación a su historia"

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