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Historia, Patrimonio, Arte, Bibliografía, Hemeroteca, ... sobre nuestro pueblo: BURGUILLOS

lunes, 5 de noviembre de 2018

Hemeroteca: La supresión del Ayuntamiento de Burguillos, según las noticias aparecidas en varios periódicos de los días 12, 15 y 16 de noviembre de 1867.

   Mostramos en "Historia de Burguillos" la noticia recogida en varios periódicos, en concreto "El Imparcial", "La España" y "La Esperanza", editados en Madrid, sobre la supresión del Ayuntamiento de nuestro pueblo por motivos demográficos, entre el 12 y 16 de noviembre de 1868, y que se conservan en el archivo de la Biblioteca Nacional de España.
   Comenzamos con "El Imparcial", considerado como el periódico más influyente en España en el último tercio del siglo XIX y primeros años del XX, es fundado por Eduardo Gasset y Artime (1832-1884), apareciendo su primer número el 16 de marzo de 1867, como diario vespertino (hasta abril de 1868 no será matutino) de carácter informativo alejado del doctrinarismo propio de los periódicos de partido y fuertemente ideologizados, que llegará a ser considerado como el principal periódico de los que iniciaron la gran transformación de la moderna prensa española.
   Desde una zona templada, nace afín a la Unión Liberal y como opositor al gobierno del general Ramón María Narváez, sufriendo suspensiones en su primer año de vida, como la que va del 11 al 22 de mayo. Desde sus columnas se gestará la coalición de liberales, progresistas, demócratas y antidinásticos que propiciarán la Septembrina, convirtiéndose en el órgano más influyente del Sexenio Democrático, como refleja el aumento de su tirada, desde el medio millar de ejemplares diarios iniciales a los 18.000, alcanzando al final de este periodo los 40.000, una de las cifras de circulación más altas en la prensa española de la época, convirtiéndose en el diario favorito de los lectores, a la vez que el más barato.
   Con el diario de Gasset, se va a acentuar el periodismo español de una forma considerable, en palabras de Asenjo y, según Seoane, se consolidará el periodismo noticioso y empresarial de calidad, mezcla de un cuidado aspecto informativo moderno y ambicioso, a medio camino entre la asepsia y los extremismos, y de una opinión democrática. Convertida su imprenta en centro de propaganda de la Septembrina, será el más firme apoyo de Amadeo I y reconocerá a la I República, al tiempo que inicia el desbancamiento de su rival, el ecléctico diario La correspondencia de España, que desde 1859 venía siendo el hegemónico.
   Clásico diario de cuatro páginas a varias columnas y tipografía menuda y sin alardes, en la primera incluía dos o tres artículos de fondo, así como la crónica diaria. Contaba también con una sección de Miscelánea política o Revista de prensa. Daba amplio espacio a los despachos telegráficos internacionales que servía la agencia Havas, a través de Fabra. Contaba con las secciones oficial, y de noticias del interior, exterior y ultramar, mercantil e industrial, bibliografía, espectáculos, amena y de variedades. Asimismo, publicaba el ya consolidado folletín en el tercio inferior de las primeras páginas, y dejaba la cuarta plana para los anuncios publicitarios, que al principio habían ocupado poco espacio.
   Entre sus redactores se encontraron Mariano Araús (mano derecha de Eduardo Gasset), Ángel Castro y Blanc, Isidoro Fernández Flórez (Fernanflor), Manuel Fernández Martín, Rafael García Santisteban y José Echegaray, entre otros.
   Al final del periodo democrático, el 27 de abril de 1874, comenzará a publicar Los lunes de El Imparcial, que alcanzará la cima de la fama de los suplementos semanales literarios de todos los tiempos, con artículos de divulgación científica, crítica literaria, teatral y de arte y de creación, en el que se darán cita las mejores plumas del país, al frente del cual se pondrá Fernández Flórez.
   Hostil al principio a la Restauración, termina integrándose en un "realismo político", manteniendo su independencia desde una posición liberal amplia, según palabras de Seoane, y situándose frente al otro gran diario, el dinástico y canovista La época. Sin embargo, su integración plena en el sistema forzará a sus dos principales periodistas, Araús y Fernández Flórez, liderar una primera escisión que originará la fundación, en 1879, de El liberal, que competirá desde una posición ideológica republicana y más a la izquierda.
   Como gran órgano de opinión y una de las más importantes empresas periodísticas de la Restauración, El imparcial seguirá siendo uno de los diarios de mayor prestigio y circulación, dando la nota más intelectual de la prensa nacional. Su gran editorialista político por antonomasia será Manuel Troyano. Incorpora nuevos redactores, como Andrés Mellado, Mariano de Cavia o Eugenio Rodríguez de Escalera (Montecristo), uno de los principales cronistas sociales de la época, y José Ortega y Munilla, futuro yerno del fundador, tomará la dirección de Los lunes ... La calidad de sus artículos políticos, económicos y literarios afianzará su influencia, de tal modo que se dirá que un artículo del diario puede llegar a derribar un gobierno, mientras que publicar en su suplemento literario se convierte en la mayor pretensión de los escritores españoles. En las páginas de Los lunes... se darán cita, entre otros, los principales escritores de la Restauración y los que más tarde integrarán la nómina de lo que se denominará generación del 98. Nos referimos a Juan Valera, Federico Balart, Manuel del Palacio, Ramón de Campoamor, Emilia Pardo Bazán, Jacinto Octavio Picón, Leopoldo Alas Clarín, Ramón María del Valle Inclán, Miguel de Unamuno, Jacinto Benavente, Pío Baroja, Ramón Pérez de Ayala, Ramiro de Maeztu, Azorín, ...
   Con la muerte del fundador, su hijo Rafael Gasset Chinchilla (1866-1927) había tomado la dirección de diario en 1884, quien en 1897 se incorporará al grupo regeneracionista de Camilo García Polavieja (que a su vez se suma al conservador Francisco Silvela) y seguidamente al de Raimundo Fernández Villaverde, a la vez que hará desde el diario una oposición al partido liberal de Práxedes Mateo Sagasta. Y cuando sea nombrado ministro en 1900, le sustituirá al frente del periódico su cuñado José Ortega Munilla (1856-1922), reconvirtiéndose el diario en defensor del nuevo jefe del Partido Liberal, Segismundo Moret, y tras un breve periodo de oposición pasará a defender al liberal progresista José Canalejas. Estos vaivenes harán perder el prestigio de independencia del diario, aunque mantiene el de su suplemento semanal y, de los 140.000 ejemplares diarios en torno a 1900, momento que alcanza el cénit de su popularidad y circulación, pasa a los 80.000 en 1906.
   En mayo de este año será incorporado, junto a El liberal, el Heraldo de Madrid y otros periódicos de provincias, a la Sociedad Editorial de España, ocupando El imparcial el ala derecha del trust empresarial de la prensa liberal española. Luis Bermúdez de Castro será su nuevo director durante 1906-1907 y Luis López Ballesteros, desde 1908 a 1913.
   Durante la primera guerra mundial comenzará siendo neutral, mostrando Benavente su germanofilia y Ciges Aparicio, como corresponsal en París, su aliadofilia, pasándose al final al lado alemán mediante la correspondiente subvención.
   En 1916 se separa de la Sociedad Editorial de España al mismo tiempo que se precipita su decadencia, pasando un año después a La Papelera Española, de Nicolás María de Urgoiti, siendo nombrado director Félix Lorenzo. La actitud del diario ante el fenómeno de las Juntas de Defensa y el artículo publicado por José Ortega y Gasset (nieto del fundador) en juno de 1917, en el que difunde severos juicios contra la dinastía y reclama cortes constituyentes, propiciarán a final de este año la fundación de El Sol, al que marchan sus más prestigiosos redactores y colaboradores, entre ellos Mariano de Cavia y Félix Lorenzo, que tomará la dirección del nuevo diario de Urgoiti.
   Durante la dictadura primorriverista el diario ya se encuentra en la más absoluta postración y agonía, el número de suscriptores son 9.000 y apenas 1.500 ejemplares tienen venta callejera. En abril de 1927, de nuevo Rafael Gasset y su familia se deshacen del diario, y un año después será constituida Editorial Española, S.A., para la edición del periódico, siendo su propietario el Banco de la Construcción, desapareciendo en 1933, tras su dilatada, próspera e influyente existencia.

   Pues bien, en su edición del 12 de noviembre de 1867, aparece en una de sus páginas (a cuatro columnas) desde el final de la segunda columna hasta el comienzo de la cuarta, bajo el título SECCIÓN DE NOTICIAS - INTERIOR, interesándonos la séptima, que encontramos en la mitad de la tercera columna, la cual transcribimos literalmente:
Página del periódico "El Imparcial" del 12 de noviembre de 1867.
   "He aquí la lista oficial de los pueblos de la provincia de Sevilla, cuyos ayuntamientos van a suprimirse por contar menos de 200 vecinos:
   Albaida, Almensilla, Bormujos, Burguillos, Castilleja del Campo, Castilleja de Guzmán, Espartinas, Garrobo, Lantejuela, Lora de Estepa, Molares, Palomares, Real de la Jara, San Nicolás del Puerto y Villanueva del Río."

   Seguimos con "La España"; a los dos días de la desaparición de El español, el gran diario del moderantismo que había fundado en 1835 Andrés Borrego, el 18 de abril de 1848 ocupará su vacío esta cabecera, con diferente empresa pero utilizando sus mismos bagajes, en concreto su cuerpo redaccional, pero quedando Borrego al margen. Sus artífices serán un hombre muy cercano personalmente a la ahora exiliada regente María Cristina, el empresario, político y fuerista alavés Pedro Egaña (1803-1895), y Francisco Navarro Villoslada (1818-1895), que había llegado a sustituir temporalmente a Borrego en la dirección de El español y que ahora tomará el mando de la nueva cabecera, pasándose más tarde a las filas del carlismo.
   Se trata de un diario que se autodefine como “un periódico de gobierno, no de gobierno… defensor de los principios del orden, conservador de la sociedad, celoso de la independencia nacional, monárquico y liberal en el sentido más puro y más honrado de esta palabra”, según señala en su edición del uno de enero de 1849. Será el principal diario del Partido Moderado, pero situado en su ala derecha, con una ideología liberal-ultraconservadora lindante con el absolutismo, aunque sin querer confundirse con los neocatólicos (La regeneración y La constancia), y, en realidad, un periódico “ministerial de todos los ministerios”, como expresión del poder fáctico de un régimen isabelino en donde el poder político estuvo en manos de los generales Ramón María Narváez (1800-1868) y Leopoldo O’Donell (1809-1867). Egaña, su gran artífice, que en 1846 ya había asumido la cartera de Gracia y Justicia, será en 1853 ministro de la Gobernación, siguiendo su carrera política como diputado y senador.
   La España consolidará, desde el ala conservadora, el modelo de periodismo informativo y político español que se había iniciado tras el régimen fernandino, siguiendo la estirpe anglosajona del Times. Se estabilizará en el gran formato, compuesto a cinco columnas (sus primeros números lo habían sido a seis) y con tipos diminutos. En números de cuatro páginas, con ediciones para Madrid y provincias, así como matutinas y vespertinas, dejando de aparecer los lunes y también los domingos y festivos, estructurado en secciones fijas. Comenzaba con las noticias extranjeras, después la que denomina de interior, o nacionales, oficiales (decretos, órdenes), parlamentarias, el editorial diario, artículos de fondo, otras noticias económicas, comerciales, industriales, la cotización de la Bolsa, etc. También una gaceta religiosa y otras gacetillas de asuntos varios, información y revista de espectáculos, especialmente de teatros, bibliografía, literatura, etc. Así como revistas de prensa y el ya consolidado folletín diario, en los faldones de las dos primeras páginas. Sus anuncios comerciales llegarán a ocupar completamente la cuarta plana del periódico.
   Entre su larga nómina de redactores y colaboradores estarán José Gutiérrez de Aguilar, Ceferino Suárez Bravo, José Selgas Carrasco, Eduardo González Pedroso, Eusebio Martínez Velasco, Eugenio Ochoa, Carrillo de Albornoz, etc. Muchos de ellos redactarán y colaborarán también en el violento satírico neocatólico El padre Cobos durante el bienio progresista (1854-1856). Otros pasarán posteriormente a periódicos afines al carlismo.
   Había empezado saliendo de la imprenta de Anselmo Santa Coloma y Compañía, después de otras, y por último de una propia, a cargo de F. Gamayo. Después de una veintena de años de existencia, desparecerá a causa de la Gloriosa, como otros periódicos unidos a la caída dinastía, publicando su último número el 29 de septiembre de 1868, ocupando su vacío El siglo (1868-1869).

   Pues bien, en su edición del 15 de noviembre de 1867, aparece en una de sus páginas (a cinco columnas) ocupando la parte media de la primera columna, bajo el título INTERIOR, interesándonos los párrafos segundo y tercero, que reproducen el mismo texto que publicaba el periódico "El Imparcial", la cual transcribimos literalmente:
Página del periódico "La España" del 15 de noviembre de 1867.
   "En Sevilla iban a suprimirse los ayuntamientos de los siguientes pueblos, por contar menos de doscientos vecinos:
   Albaida, Almensilla, Bormujos, Burguillos, Castilleja del Campo, Castilleja de Guzmán, Espartinas, Garrobo, Lantejuela, Lora de Estepa, Molares, Palomares, Real de la Jara, San Nicolás del Puerto y Villanueva del Río."

   Y finalizamos con "La Esperanza"; con el subtítulo de “Periódico monárquico”,  es la más importante cabecera de la prensa absolutista española del siglo XIX, como órgano oficioso del carlismo. Con una larga vida, nace tras ser vencidas las tropas carlistas con el “abrazo” de Vergara, el 10 de octubre de 1844, en pleno proceso de incorporación de amplios sectores ultracatólicos a la legalidad isabelina emanada de la Constitución de 1845, al ejército, a la administración y al propio Partido Moderado, en ese momento en el poder, pero sin renunciar a sus principios ideológicos como combatiente del régimen liberal y parlamentario.
   Se trata de un diario de la tarde (excepto domingos y festivos) que prácticamente se publicará sin interrupción, y desaparecerá, junto al resto de la prensa carlista y la cantonal tras el golpe de Estado del general Manuel Pavía y la nueva asunción del poder del general Francisco Serrano, con el que se finiquita el periodo revolucionario abierto el 18 de septiembre de 1868 y abre la puerta a la restauración borbónica un año después.
   En 1850 y durante casi un quinquenio, La esperanza llegará incluso a ocupar el primer puesto en la circulación de la prensa de la época, y competirá como periódico reaccionario con El católico (1840-1857), aunque éste se centre más en cuestiones religiosas. Durante el bienio progresista, La esperanza tendrá que competir como principal ariete de la extrema derecha con una publicación más fanática como La regeneración (1855-1873) y lo hará también con El pensamiento español (1860-1873). En 1857 fue, junto al demócrata La discusión (1856-), será el periódico de mayor circulación en España.
   Es un diario bien construido y escrito, en cuya primera página incluía el editorial, y daba importante espacio a las noticias, muchas de ellas sazonadas de opinión, y con secciones como la dedicada a espectáculos, no evadiéndose del folletín, generalmente traducido del francés. También era importante su publicidad comercial, que era una forma de los sectores económicos reaccionarios para sostener esta empresa periodística, especialmente la de libros religiosos.
   Fue fundado y dirigido por el clan familiar capitaneado por Pedro de la Hoz (1800?-1865), a quien Fernando VII le había otorgado dirigir la Gazeta de Madrid y la Imprenta Nacional desde 1829. Este periodista será uno de los directores de prensa encarcelados en 1852, y tales eran los ánimos en el periodismo español del XIX que De la Hoz tuvo la iniciativa de crear y presidir el primer Tribunal de la Prensa en 1860 para dirimir los duelos (lances de honor) entre los periodistas, que sólo duró dos años.
   Intervinieron muy directamente en la redacción de este diario el hijo del director, Vicente de la Hoz y de Liniers (1841-1886), y su yerno, Antonio Juan de Vildósola (1830-1893), quienes le sucederán en la empresa, y que, tras la desaparición de La esperanza, sacarán un nuevo título –La fe (1876-1891)- al comienzo de la Restauración.
   Un gran número de periodistas tradicionalistas católicos de la mitad de la centuria del diecinueve colaboraron en La esperanza, siendo uno de los más famosos de su primera época Luis del Barco, que llegó a polemizar con el propio director de la publicación, así como el militar carlista y firmante del Convenio de Vergara Mariano Godoy (-1877) y el bohemio José María Carulla. También lo serán Francisco Navarro Villoslada (1818-1895), el cardenal Antolín Monescillo y Viso (1811-1897), Juan Manuel Ortí y Lara (1826-1904) y Miguel Neyra y López.
   
   Pues bien, en su edición del 16 de noviembre de 1867, aparece en una de sus páginas (a cinco columnas) ocupando la parte inferior de la primera columna, bajo el título Noticias de las Provincias, interesándonos los párrafos sexto y séptimo, que reproducen el mismo texto que publicaban también los periódicos "El Imparcial" y "La España", la cual transcribimos literalmente:
Página del periódico "La Esperanza" del 16 de noviembre de 1867.
   "He aquí la lista oficial de los pueblos de la provincia de Sevilla cuyos ayuntamientos van a suprimirse, por contar menos de doscientos vecinos:
   Albaida, Almensilla, Bormujos, Burguillos, Castilleja del Campo, Castilleja de Guzmán, Espartinas, Garrobo, Lantejuela, Lora de Estepa, Molares, Palomares, Real de la Jara, San Nicolás del Puerto y Villanueva del Río."

   De esta noticia se deduce la crisis demográfica que en aquella época sufrió nuestro pueblo que casi le lleva a la supresión del Ayuntamiento, pero que afortunadamente, no se llevaría a cabo. Burguillos siempre resurge de sus cenizas cual ave fénix ....

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