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lunes, 31 de marzo de 2025

Callejero de Burguillos: La calle Isaac Newton

     Mostramos en Historia de Burguillos, imágenes y una pequeña reseña de la calle Isaac Newton, en Burguillos, aprovechando que hoy, 31 de marzo, es el aniversario (31 de marzo de 1727) de su fallecimiento.


     La calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta.


     También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo al Ayuntamiento, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Burguillos, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
Conozcamos mejor la biografía de Isaac Newton, a quien está dedicada esta vía del callejero burguillero:


   Isaac Newton (Woolsthorpe, Lincolnshire, 1642 - Londres, 1727) Científico inglés. Fundador de la física clásica, que mantendría plena vigencia hasta los tiempos de Einstein, la obra de Newton representa la culminación de la revolución científica iniciada un siglo antes por Copérnico. En sus Principios matemáticos de la filosofía natural (1687) estableció las tres leyes fundamentales del movimiento y dedujo de ellas la cuarta ley o ley de gravitación universal, que explicaba con total exactitud las órbitas de los planetas, logrando así la unificación de la mecánica terrestre y celeste.
     Hijo póstumo y prematuro, su madre preparó para él un destino de granjero; pero finalmente se convenció del talento del muchacho y le envió a la Universidad de Cambridge, en donde hubo de trabajar para pagarse los estudios. Allí Newton no destacó especialmente, pero asimiló los conocimientos y principios científicos y filosóficos de mediados del siglo XVII, con las innovaciones introducidas por Galileo Galilei, Johannes Kepler, Francis Bacon, René Descartes y otros.
     Tras su graduación en 1665, Isaac Newton se orientó hacia la investigación en física y matemáticas, con tal acierto que a los 29 años ya había formulado teorías que señalarían el camino de la ciencia moderna hasta el siglo XX; por entonces había ya obtenido una cátedra en su universidad (1669). Protagonista fundamental de la «Revolución científica» de los siglos XVI y XVII y padre de la mecánica clásica, Newton siempre fue remiso a dar publicidad a sus descubrimientos, razón por la que muchos de ellos se conocieron con años de retraso. Newton coincidió con Leibniz en el descubrimiento del cálculo integral, que contribuiría a una profunda renovación de las matemáticas; también formuló el teorema del binomio (binomio de Newton).
     Las aportaciones esenciales de Isaac Newton se produjeron en el terreno de la física. Sus primeras investigaciones giraron en torno a la óptica: explicando la composición de la luz blanca como mezcla de los colores del arco iris, formuló una teoría sobre la naturaleza corpuscular de la luz y diseñó en 1668 el primer telescopio de reflector, del tipo de los que se usan actualmente en la mayoría de los observatorios astronómicos; más tarde recogió su visión de esta materia en la obra Óptica (1703). También trabajó en otras áreas, como la termodinámica y la acústica.
     Pero su lugar en la historia de la ciencia se lo debe sobre todo a su refundación de la mecánica. En su obra más importante, Principios matemáticos de la filosofía natural (1687), formuló rigurosamente las tres leyes fundamentales del movimiento, hoy llamadas Leyes de Newton: la primera ley o ley de la inercia, según la cual todo cuerpo permanece en reposo o en movimiento rectilíneo uniforme si no actúa sobre él ninguna fuerza; la segunda o principio fundamental de la dinámica, según el cual la aceleración que experimenta un cuerpo es igual a la fuerza ejercida sobre él dividida por su masa; y la tercera o ley de acción y reacción, que explica que por cada fuerza o acción ejercida sobre un cuerpo existe una reacción igual de sentido contrario.
     De estas tres leyes dedujo una cuarta, que es la más conocida: la ley de la gravedad, que según la leyenda le fue sugerida por la observación de la caída de una manzana del árbol. Descubrió que la fuerza de atracción entre la Tierra y la Luna era directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa, calculándose dicha fuerza mediante el producto de ese cociente por una constante G; al extender ese principio general a todos los cuerpos del Universo lo convirtió en la ley de gravitación universal.
     La mayor parte de estas ideas circulaban ya en el ambiente científico de la época; pero Newton les dio el carácter sistemático de una teoría general, capaz de sustentar la concepción científica del Universo durante más de dos siglos. Si todavía en nuestros días resulta admirable la elegancia y sencillez de la mecánica newtoniana, puede imaginarse el deslumbramiento que produjo en sus contemporáneos aquella clarificación de un vasto conjunto de fenómenos; así lo expresó un compatriota suyo, el poeta Alexander Pope: "La Naturaleza y sus leyes yacían ocultas en la noche, pero dijo Dios: ¡Hágase la luz!, y nació Isaac Newton".
     Hasta que terminó su trabajo científico propiamente dicho (hacia 1693), Newton se dedicó a aplicar sus principios generales a la resolución de problemas concretos, como la predicción de la posición exacta de los cuerpos celestes, convirtiéndose en el mayor astrónomo del siglo. Sobre todos estos temas mantuvo agrios debates con otros científicos (como Edmund Halley, Robert Hooke, John Flamsteed o el citado Leibniz), en los que encajó mal las críticas y se mostró extremadamente celoso de sus posiciones.
     Como profesor de Cambridge, Newton se enfrentó a los abusos de Jacobo II contra la universidad, lo cual le llevó a aceptar un escaño en el Parlamento surgido de la «Gloriosa Revolución» (1689-90). En 1696 el régimen le nombró director de la Casa de la Moneda, buscando en él un administrador inteligente y honrado para poner coto a las falsificaciones. Volvería a representar a su universidad en el Parlamento en 1701. En 1703 fue nombrado presidente de la Royal Society de Londres. Y en 1705 culminó la ascensión de su prestigio al ser nombrado caballero (Biografías y vidas).




   La calle Isaac Newton está situada en el polígono industrial "El Estanquillo". Va de la calle Ramón y Cajal a la calle Galeno, siendo final de estas mismas calles, además de Thomás Alba Edison, Gaucí, Isaac Peral, y Juan de la Cierva, y tiene una longitud de 350 metros aproximadamente, siendo bidireccional desde el punto de vista del tráfico rodado, contando con plazas de aparcamiento en cordón, asfaltada y alumbrada por farolas funcionales. Está conformada por naves industriales que tienen su fachada y portada principal en dicha calle, en la acera de la derecha, puesto que en la izquierda no hay nada, ya que es el final del Polígono Industrial.
   La calle Isaac Newton es, históricamente, una vía moderna, puesto que fue creada con el boom inmobiliario que se produjo en nuestro pueblo a comienzos del siglo XXI y junto al hecho de ser íntegramente industrial, hace que tenga tan sencillo comentario.

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